martes, 22 de noviembre de 2011

Violencia en el descenso.

Varios hechos de violencia se registraron en la clásica esquina de 7 y 50 y en diferentes puntos del centro la Ciudad después del encuentro que finalmente terminó con Gimnasia descendido a la B Nacional. Ni bien terminado el encuentro entre Gimnasia y San Martín de San Juan que condenó al Lobo a jugar en la Segunda División del fútbol argentino, grupos de hinchas violentos  provocaron algunos incidentes que en un principio parecía que no iban a llegar a un extremo.
Los primeros episodios de violencia se registraron en la esquina de 7 y 50. Según establecieron fuentes policiales, un grupo de hinchas enfurecidos que se encontraban cortando la avenida 7, llevaron a cabo una serie de daños en un local de loterías.
En tanto, un grupo que se dispersó de la concentración realizó disturbios en la intersección de 4 y 58, allí atacaron a un policía que rápidamente debió ser trasladado al hospital Rossi luego de sufrir heridas de consideración.
Otro grupo de violentos fue identificado en 53 entre 1 y 2 luego de efectuar la destrucción de siete automóviles que se encontraban estacionados.
Por esto, efectivos de la comisaría primera detuvieron a tres menores de edad que participaron en los destrozos, bajo los cargos de tentativa de robo y daños.
Minutos más tarde, la policía pudo detener al resto de los integrantes de ese banda cuando realizaban algunos destrozos cerca de la esquina de 3 y 54, se trató de dos menores y cuatro mayores que también fueron aprehendidos bajo los cargos de tentativa de robo y daños.
Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense informaron que los integrantes del grupo violento, denominado "La 22", se metieron debajo de una gran bandera del Lobo y desde allí trataron de pasar desapercibidos para poder entrar a la cancha.Sin embargo, la Policía Bonaerense se percató de esta situación y evitó que ingresaran, por lo que comenzaron los incidentes.
Los disturbios provocaron que dos efectivos resultaran heridos, habiendo roturas de vidrios en algunos autos y al menos 14 barras fueran apresados.

Las canchas son campos de batalla.


El fútbol argentino tiene de todo para albergar acción. Protagonistas que incitan a la violencia: ciertos jugadores, técnicos y árbitros. Público dispuesto a trenzarse con uñas, dientes o pistolas: los barrabravas. Autoridades que no ven cuando miran: algunos gobernantes, dirigentes, policías y jueces. Y, como si no alcanzara, tiene la escenografía ideal para improvisar campos de batalla: decenas de canchas inseguras, peligrosas y en pésimo estado que no hacen más que abrirle puertas a los incidentes.

Antes de hacer un paneo por los estadios de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, conviene hablar de la insólita geografía deportiva: en un radio de 10 kilómetros hay más de 30 canchas.

Así, mientras en los países del primer mundo se juega un partido por ciudad, acá la policía debe trazar auténticos mapas de guerra para que las barras -incluso las que van a distintas canchas- no se crucen entre sí. Las estadísticas policiales meten miedo: de los 17 estadios de Capital Federal, 14 registraron incidentes en los últimos seis meses. Y, desde enero del año pasado hasta ahora, hubo incidentes "de trascendencia" en 34 de las 49 canchas del Gran Buenos Aires.

Para la seguridad se consideran tres puntos básicos:
1) Infraestructura: la separación de las hinchadas y las boleterías; el estado de escalones, tablones y alambrados, y la ubicación de vestuarios.
 2) Ubicación y accesos: cómo y por dónde llegan las hinchadas.
3) Antecedentes de la barras: según los archivos policiales, las más temibles son Boca, River, Racing, Chacarita, (Primera), Huracán, Chicago, Quilmes, Tigre, Morón, Platense, Temperley, All Boys, Defensa (B Nacional), Almirante Brown, Alem, Cambaceres, Colegiales, San Telmo (B), Midland, Dock Sud e Ituzaingó (C).

Lo que es seguro es que, ninguna cancha garantiza seguridad absoluta. A simple vista, se podría decir que el Monumental es seguro. Falso: por los reiterados pungueos en las populares o por la aparente zona liberada que la barra tiene sobre la avenida Lidoro Quinteros, es tan peligroso como cualquier otra cancha. "Acá es tan probable gritar un gol de Aimar como que te afanen en la puerta o en las tribunas", cuenta Paco, fana de River.

Semana Tragica


Ni de goles espectaculares ni de jugadas 'maradonianas'. En el fútbol argentino de estos días solo se habla de violencia, la de afuera y la de adentro.
Tres hechos lamentables ocurrieron  esta semana, uno protagonizado por "barrabravas" y otros dos por los propios jugadores.

Se disputaban el lunes pasado 70 minutos del partido entre el All Boys y Newell's Old Boys cuando el defensa del equipo local, Carlos Soto, pisó la cara a su colega Cristian Díaz cuando éste se encontraba en el piso, indefenso.
El árbitro Diego Ceballos no solo no expulsó al jugador del All Boys sino que tampoco cobró la falta sobre Díaz, a quien le tuvieron que aplicar diez puntos de sutura entre la mejilla derecha y el mentón.

"Fue una jugada muy rápida. Creo que me podía haber evitado, pero me pasó por encima. Imagino que después se dio cuenta de lo que hizo y se habrá sentido mal. Me pidió disculpas, pero ya estaba hecho", contó Díaz.

La réplica de Soto llegó vía Twitter: "Jamás voy a hacerlo con la intención de lastimar. Se nota claramente que quieren ensuciar a los jugadores del All Boys", afirmó.

El Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ha citado a Soto a concurrir la semana próxima y ya hay voces que reclaman una sanción "de oficio", aunque la entidad rectora del futbol local no esta inclinado a tomar este tipo de soluciones.

Entre los citados a declarar estará además el volante ítalo-argentino Mauro Camoranesi, de Lanús, quien este miércoles pegó una patada en el cuello al centro campista de Racing de Avellaneda Patricio Toranzo, que también había quedado en el piso tras un cruce físico y verbal en el minuto 30.
El árbitro Germán Delfino mostró la cartulina roja a ambos futbolistas, pero la historia no terminó allí, ya que el ex campeón mundial con la selección italiana salió del campo haciendo gestos obscenos contra el entrenador del Racing, Diego Simeone.

"Es un cobarde", consideró Toranzo sobre Camoranesi, quien no es la primera vez que sufre desbordes emocionales que lo llevan a la violencia.

Al menos públicamente nada dijo sobre estos dos incidentes el sindicato de futbolistas, que sí elevó la voz este miércoles, cuando Jonathan Bottinelli, defensa de San Lorenzo, fue atacado a golpes por tres exaltados que irrumpieron en un entrenamiento supuesta mente a puerta cerrada para recriminar la floja campaña del equipo.

A petición del gremio, el Comité de Seguridad logró que la AFA suspendiera el partido que este domingo debían disputar el San Lorenzo y el All Boys, y el club azulgrana se comprometió a investigar lo sucedido y a presentar una denuncia penal.

El presidente del San Lorenzo, Carlos Abdo, subrayó que han sido despedidos los responsables de custodiar las instalaciones del club y dijo que ha dado "una licencia para recuperarse emocionalmente" a Bottinelli, la principal figura del equipo y que, según sus íntimos, no quiere volver a jugar en el equipo en el que milita desde los once años.

Para colmo de males, la prensa deportiva se hace eco hoy de una supuesta pelea a golpes de puño, minutos después de ser agredido por los hinchas, entre Bottinelli y el portero Pablo Migliore, a quien el defensa habría recriminado por su "buena relación" con la "barrabrava".

En declaraciones que publica el diario deportivo Olé, Jorge Aldrey, vicepresidente del club santo, admitió que conoce a los vándalos que agredieron a Bottinelli, aunque señaló que los dirigentes no son "Quijotes para cambiar esta realidad".

El sindicato de futbolistas ha reclamado que se investigue si los violentos que atacaron al defensa y amenazaron a otros jugadores del San Lorenzo son socios del club o son amparados por los dirigentes.

En los últimos años se han repetido las amenazas y agresiones de "barrabravas", habituales fuerzas de choque de los partidos políticos, a jugadores de equipos de todas las divisiones del fútbol de Argentina, donde se han registrado más de 220 muertos en hechos de violencia en los estadios.

"¿Hasta cuándo?", se preguntan los hinchas que no viven del fútbol, como los violentos, pero sí de la pasión que despierta.

La seguridad ... un gran negocio

El fútbol como muchas ya saben es uno de los negocios mas importantes del país, y al parecer también hacen negocios con la seguridad de los partidos, sin que estos cumplan con su objetivo que seria prevenir o reprimir disturbios ya que tal ves interfieren en sus negocios oscuros.
 Ahora ¿ cuanto dinero mueve la seguridad del fútbol? la policía federal recibe 4.000.000 por año y la policía de la provincia de buenos aires recolecta unos 3.000.000 de pesos por año 

¿La policía conoce a los hinchas violentos ? un grupo de policías les dio a los hinchas de chacarita vidrios polarizados y sirenas policiales para que ellos pudieran acompañar al micro

¿Se dejan zonas liberadas ? si , en ocasiones esto sucede para que los barra bravas tenga libre movilidad en otras los policías están cansados y abandonan sus puestos 

¿Se usan mas policías acá que en Europa ?
Si, mientras que un Barcelona- real necesita unos 300 policías y un Ínter-Milán unos 600 en argentina para un River -Boca se necesitan al rededor de 1000 policías

Soluciones para la violencia en el futbol

El 3 y 4 de junio en la municipalidad de la plata se llevo a cabo un seminario para buscar alguna solución a estos echos tan desafortunados que suceden con frecuencia en los partidos.
algunas de las soluciones planteadas fueron:
Quita de puntos: si al realizarse disturbios durante el partido o después de el y los dirigente de la institución en donde se realizaba el partido no hicieron los debidos métodos de prevención para que esto no suceda  se le quitaran puntos de el campeonato
La reducción al 50 % de las tribunas: no es que se quitaran tribunas, tan solo se planteo la necesidad de que los hinchas miren los partidos sentados, ya que una persona sentada ocupa el doble que una persona parada.
La eliminación de las barra brava: de esto tendrán que encargarse particularmente los clubes generando algunas restricciones a los hinchas que causen problemas antes, durante o despues de algún evento deportivo.
con estas medidas y algunas mas se busca eliminar la violencia en el fútbol argentino para poder disfrutar mejor el fútbol nacional

Hinchas intervienen en partido.

Varios hinchas de River Plate entraron al campo de juego para presionar cara a cara a los jugadores en la segunda parte y reclamarles más actitud.
Los problemas comenzaron en el primer tramo del segundo tiempo,  César Pereyra marcó el segundo con un toque preciso junto al palo derecho del guardameta Carrizo, como corolario de una jugada que dejó paralizada a la defensa del equipo visitante.
Varios hinchas de River Plate saltaron al campo y se enfrentaron con los jugadores de su equipo tras ese gol, les insultaron y empujaron, en una clara reclamación de respuestas, circunstancia que detuvo el juego durante 19 minutos, tras lo cual la policía tomó posiciones para impedir nuevos hechos de violencia.
En la reanudación River mostró algo más que su rival, pero ya era tarde. El Belgrano, con una importante ventaja en el marcador, reguló sus esfuerzos, intentó aprovechar los huecos que dejaban sus desesperados adversarios.

En este caso, vemos la presión por parte de la hinchada de River Plate, para reclamar a los jugadores más “actitud” frente al partido.

Lo que desencadeno el suceso fue el segundo gol de Belgrano, que provoco que varios hinchas de River Plate saltaran hacia el campo de juego y enfrentaran a los jugadores. Insultos, empujones, reclamos por parte de estos hinchas, pararon el partido unos 19 minutos, lo que hizo que la policía tomara medidas para impedir nuevos sucesos violentos. Lamentable. 

Partido suspendido, incidentes internos causan la muerte de un hincha.

El encuentro frente a Banfield se canceló a los 11 minutos del partido, después de que se arrojaran al campo dos bombas de estruendo, que alcanzaron a Cristian Lucchetti, arquero de Banfield, quien resulto aturdido, y sin oportunidad de continuar el juego. Esto provoco la reacción de varios de los jugadores de Estudiantes, entre ellos la de Verón, que reacciono bruscamente ante los agresores.
Además, un barrabrava de Banfield, fue asesinado luego de la suspensión del partido, en un choque interno de barrabravas, resulto siendo víctima de un balazo en la cabeza.
La policía, que identificó a la víctima como Sebastián Tejada, de 27 años, cree que podría tratarse de una pelea interna de la barrabrava del club de las afueras de la capital argentina. El crimen tuvo lugar después de que la víctima presenciara el partido en la vecina ciudad de Quilmes, donde juega de local el Estudiantes de La Plata.
Tejada viajaba en motocicleta junto a otro hombre cuando, según las primeras informaciones que maneja la policía, otros dos jóvenes que se desplazaban en coche los increparon. Tras una discusión, uno de ellos sacó un arma de fuego y disparó a Tejada, que ya estaba muerto cuando llegó la ambulancia.
Aquí, vemos otra situación de violencia en las hinchadas, en este caso, vemos un hincha que agrede a un jugador del equipo contrario, logrando así la suspensión del partido y la agresión a un jugador. Además, se puede comprobar qué clase de medidas toma el estadio, en cuanto a la seguridad.
Finalmente, vemos como este tipo de sucesos generan violencia, tanto en la cancha, como fuera de ella (muerte de Tejada).